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Mi dialogo con dos expertas del diálogo

Traducido por Ana María Otero

La mediación sirve para encontrar la pieza faltante del rompecabezas

Ana Otero y Céline Chopin son mediadoras. Para lograr entrevistarlas hubo casi que traerlas de la nariz. Sin embargo, conocen perfectamente su profesión y están ampliamente formadas. Forman parte del equipo de expertos de Third Chair.

No sería exagerado decir que la profesión forma parte de su vida cotidiana, de sus convicciones más profundas. Por qué, entonces, ambas comparten el mismo pudor?


Porque los mediadores no son vendedores de electrodomésticos, su trabajo no se evalúa en términos de ganancias. El éxito no es fácilmente mesurable porque el proceso de mediación es confidencial.

Por otra parte, LA PAZ, que es el objetivo buscado, es menos espectacular que el conflicto. Es más lucrativo ser un vendedor de armas que alguien que ayuda a los demás a comprenderse y a mejorar el diálogo.


Los mediadores todavía forman parte de una profesión con una demanda oscilante. El desconocimiento de la profesión retarda su desarrollo: es una profesión independiente, cualitativa y basada en el largo plazo.

Este reportaje cruzado le da la palabra a dos expertas, dos pioneras, sobre un tema de actualidad.


Un rompecabezas con piezas faltantes: Ana Otero


Ana Otero: Estudié derecho en la Universidad de Buenos Aires. Al mismo tiempo, comencé a trabajar en el último escalón de la carrera judicial, la mesa de entradas de un Tribunal de Trabajo. Los últimos años de mi carrera trabajé como jueza laboral, así que mi experiencia profesional comprende todas las etapas del proceso judicial.


Cuál fue su mayor desafió en la magistratura?


Ana: La sobrecarga de trabajo. En mis últimos tiempos como jueza recibíamos cien expedientes por mes. Teníamos los cien que ingresaban mensualmente más el resto de expedientes en trámite. Esto limitaba enormemente el tiempo de análisis que podíamos acordarle a cada problema.

Ana María Otero

Cuál era el tiempo promedio de tramite de un expediente?


Ana: Dependía de las personas que estaban a cargo de cada Tribunal. En algunos casos, era un año y medio y en otros podía llegar hasta cuatro años. Hay controles institucionales y plazos límites que establece el código de procedimiento. La dificultad era que había tanto volumen de expedientes que era imposible cumplir los plazos. En Quebec también tenemos el mismo inconveniente.

Y qué hizo Ud. para mejorar las cosas?


Ana: En mi tribunal, creamos un equipo de trabajo formado en la conciliación. Este modo de resolución de conflictos nos permitió reducir el tiempo de trámite. Cuando dejé el Tribunal la duración del trámite oscilaba entre uno y dos años.


Esto es lo que la llevó a elegir la mediación?


Ana: Mi trabajo como jueza fue una hermosa experiencia. Sin embargo, debo reconocer que en algunos casos tenía un sentimiento de insatisfacción. Era como si a mi rompecabezas le faltara una pieza pero tenía la obligación de terminarlo.


Dónde están las piezas que faltan?


Ana: La decisión del juez está circunscripta por los hechos y las pruebas que aportan las partes a su expediente. Elegí la mediación porque es un proceso en el cuál invitamos a los participantes a hablar de sus valores, de sus verdaderos intereses, de sus necesidades, y también de sus emociones. Éstas son las piezas que faltaban.


El camino del uno al otro


Céline Chopin: Soy abogada especializada en derecho contractual, en Francia. Luego de diez años en esta área, me di cuenta que algo me faltaba, que lo que hacía para ayudar a los demás, no me satisfacía del todo.


Por qué?


Céline: Me parecía lamentable que no nos llegáramos a entender. Muy a menudo no faltaba gran cosa para transitar el camino del uno al otro. Pero cuanto más avanzamos en el litigio más nos separamos. Sin embargo, no estábamos tan lejos de nuestro punto de partida.


Céline Chopin

Qué hizo para cambiar las cosas?


Céline: Decidí recorrer el mundo de mochilera, lo que me ha permitido explorar otras formas de comunicación, descubrir otras culturas. A mi regreso, empecé una formación en derecho inmobiliario y en prevención de conflictos; dejé Europa para instalarme en Montreal.


Y que pasó en Quebec?


Céline : Me sumergí en el área empresarial. Comencé a ayudar a los trabajadores autónomos y a las pequeñas empresas. Amé su entusiasmo inicial, la flexibilidad creativa, pero frecuentemente encontré las mismas problemáticas: la falta de herramientas para acceder a la justicia, para conocer y hacer respetar sus derechos y el hacerse cargo de los problemas recién cuando estos explotaban.


Cuáles son las necesidades específicas del medio a las que le gustaría responder?


Céline: En razón de su tamaño, estas empresas, raramente tienen un departamento de recursos humanos o jurídico. Percibo una necesidad de acompañamiento, de ser escuchados, de comunicarse, pero también la necesidad de capacitarse y de poder dedicarle tiempo al diálogo.


Por qué nos da estos ejemplos?


Céline: Porque en el momento en que la empresa crece, sus integrantes deben asumir otros roles, muchas veces de gestión; a veces la “startup” avanza tan rápido que nos olvidamos de comunicar nuestros deseos, nuestras frustraciones y es en ese momento que el conflicto aparece.


La vocación de partera


El mediador para Ud., no es solamente un artesano de soluciones sino alguien que también ayuda a las personas a reconectar la cabeza con su corazón?


Céline: Claro, ese sería mi sueño. Amo ver el nacimiento del efecto bola de nieve luego de las mediaciones, como se restructura una empresa a largo plazo. La idea es tratar los problemas en conjunto, ubicar las personas correctas en el lugar adecuado, anticiparse. Aprender la lección de las mediaciones que hicimos.


La mediación sirve de alguna manera para deshacer los nudos?


Ana: Si, la mediación pone en evidencia, desata, las cosas escondidas sobre las que no conversamos cotidianamente.


Céline: Es por haber deconstruido que podemos reconstruir sobre las bases correctas.


Entonces, cual es el rol del mediador?


Céline: Ayudar a la gente a parir por ella misma. A responsabilizarse y ser autónoma en la búsqueda de soluciones y en la resolución de sus problemas.


Por qué distingue los problemas de los conflictos?


Céline: Cada uno tiene su significado. El conflicto declarado es la consecuencia de una acumulación de problemas no resueltos (conflictos subyacentes). Se trata de deconstruir esos conflictos subyacentes para construir una solución. Mi ideal es que los clientes puedan ser autónomos para encarar las problemáticas futuras y que éstas no devengan en conflicto.


El mediador es un poco como el profesor o los padres, valoramos la calidad de su trabajo en el momento en que no necesitamos más de ellos.


Céline : Esto quiere decir que la gente puede conducirse con mas consciencia.



La estrategia del avestruz


Cuales son los grandes desafíos a los que se enfrentan como mediatrices?


Ana: Para mi los mas difícil es lograr que las personas tomen conciencia del momento preciso en el que el conflicto comienza. Si pudiéramos identificar ese momento, si tomáramos medidas anticipadamente, ganaríamos mucho tiempo.


Céline: Se trata de observar cuáles son los factores que lo desencadenan.


Ana: En general, el error es pensar que no es algo grave, que es mejor esperar, que veremos mañana. Por lo tanto, la décima vez que nos enfrentamos a una situación inconfortable, los riesgos de una escalada son mucho mas importantes. En una pequeña empresa lograríamos evitarlo haciendo un trabajo de prevención.


Entonces porque los clientes no están todavía dispuestos a pagar por este servicio?


Ana: Es una cuestión cultural. La gente no piensa sobre el conflicto hasta que le salta en las narices. Demanda una cierta sensibilidad a mediano plazo. Y esto no es siempre evidente.


Céline: Las personas tienen la costumbre de que otro resuelva por ellos. Es mucho más fácil.


Ana: Es un mecanismo de negación muy humano. Negamos el conflicto porque pensamos que va a pasar, es como las enfermedades: un día comienzas a sentir un pequeño dolor pero mientras sea pequeño no te ocupas. El hacerse cargo implica necesariamente salir de zona de confort cotidiana.

Cuando decidís divorciarte te das cuenta que hacia diez años que tu pareja estaba en crisis, pero ninguno de los dos hacia nada, en ese momento te preguntas: por qué no hice nada antes? Porque llegué hasta aquí?



Revolución, moda o algo atractivo políticamente?


Céline: Tenemos como costumbre considerar a la justicia como algo externo. Siempre ha sido un poder independiente, una entidad superior que decide por nosotros.


Los antropólogos del derecho relacionan esta visión de la justicia con las civilizaciones monoteístas: una justicia verticalista, que se impone, es única. A diferencia de los panteístas, los politeístas, el animismo, etc. que tienen una concepción completamente diferente de la justicia.


Ana: Cuando digo que fui juez la gente se admira. En cambio, cuando digo que soy mediadora no encuentro el mismo interés. Incluso se preocupan por el hecho de que elegí la mediación luego de haber sido jueza. Esto también es cultural.


La reforma del Código de procedimiento civil de Quebec refleja una evolución en este sentido?


Ana: Voy a decir algo un poco cínico: esta reforma no surge a partir de una necesidad imperiosa de la humanidad.


Céline: Estoy de acuerdo. Es una reacción. Una legislación es a menudo un reflejo de una realidad social o institucional.


Ana: La justicia no llega a resolver todas las demandas porque el sistema judicial está saturado. Es por eso que el cambio llega en este momento. Tengo dudas respecto a que los actores del sistema estén realmente convencidos que es la mejor manera de resolver la cuestión.


Céline: También, hay que tomar en cuenta las cuestiones presupuestarias: los métodos alternativos de resolución de conflictos son más accesible económicamente. El acceso al sistema judicial no siempre es fácil debido a los costos que implica.

Saturación de los tribunales, costos de la justicia… tendríamos allí las verdaderas razones de esta reforma. Estamos lejos de nuestros delirios filosóficos sobre la responsabilidad individual y la antropología del derecho.


Ana: Hablar del acceso a la justicia está de moda porque el ciudadano comenzó a reclamarlo. El ciudadano se dio cuenta que el acceso debería ser universal y no solamente para las personas que tienen los medios económicos para hacerlo. Se asemeja al movimiento #MeToo, es una toma de conciencia de un derecho que no estaba correctamente garantizado en la sociedad. Los gobiernos reaccionan debido a la presión y porque la problemática se impone.



Por lo tanto, la mediación todavía no ha florecido.


Céline: La justicia considera a la mediación y la conciliación como tema de actualidad porque logra reunir a las partes de manera constructiva. Esto lo vemos en el Código de procedimiento civil en tanto establece “la obligación de considerar los métodos alternativos de prevención y resolución de conflictos” (articulo primero). El tema es que paralelamente los ciudadanos no fueron informados de este cambio. El imaginario colectivo sigue asociando la justicia a los tribunales y a las negociaciones entre los abogados cuando el litigio ya está en manos de un juez.


También aparecieron numerosos mediadores institucionales, cuestión que nos hace reflexionar sobre su imparcialidad. Que piensan Uds. sobre la utilización a diestra y a siniestra de la palabra mediación?


Céline: Permite difundir el término para el gran público. Lo que resulta perverso es que termina habiendo numerosas acepciones y en algún punto perdemos la esencia del término mediación. Es una profesión que tiene sus especificidades.


Ana: El problema es que cuando utilizamos la palabra incorrectamente nuestra profesión pierde credibilidad.


 

Es impresionante constatar que los cambios legislativos aún no conducen al desarrollo pleno de nuestra profesión. Es sobre todo una modificación dentro del marco del sistema judicial imperante: los jueces que hacen la conciliación, los abogados que se forman en la prevención y resolución de conflictos, la mediación en los juicios de menor cuantía, la mediación familiar obligatoria…


Dicho esto, algunos estamos convencidos que la mediación no es ni una versión ligera de la profesión de abogado, ni una ocupación bizarra y de moda: es una herramienta concreta para las personas y las empresas, útil, ética y a largo plazo eficaz.


Un estudio más extenso nos permitiría comprender cuales son los factores que dificultan el florecimiento de la profesión. Son resistencias institucionales ligadas a una necesidad de “preservar el mercado” para las profesiones ya conocidas? O, se trata más bien, de una dificultad generalizada relacionada con hacerse cargo de los conflictos y entonces delegarlos para que otro los resuelva por nosotros? El diálogo no es un ejercicio fácil. La realidad y nuestra vida diaria nos lo recuerdan siempre.


Para saber un poco más:


  • Un libro de referencia, con un enfoque exhaustivo y descriptivo: Jacques FAGET — Médiations, Les ateliers silencieux de la démocratie, Érès, 2015

  • Sobre la diversidad de culturas normativas: Fernanda PIRIE — The Anthropology of Law, Oxford University Press, 2003

  • El excelente blog de Jean POITRAS : http://www.conflits-strategies.com/

  • Para comprender la evolución del marco legislativo en Quebec: Jean-François ROBERGE — La Justice participative, Changer le milieu juridique par une culture intégrative de règlement des différends, Éditions Yvons Blais, 2011

  • Un imprescindible para los profesionales del ámbito organizacional: Arnaud STIMEC et Sylvie ADIJÈS — La Médiation en entreprise, Dunod, 2015

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