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Mediator, árbitro, juez ...cuál es la diferencia?

La gente algunas veces confunde a estos tres protagonistas de nuestro sistema de Justicia. Sin embargo, ellos son esencialmente diferentes. Third Chair, los ayudará a conocer sus principales características y funciones.


Magistrats, juges
William Hogart - The Bench (1758)

A veces, para la solución de un conflicto necesitamos un tercero neutro, imparcial e independiente. El juez, el árbitro y el mediador reúnen estas características. Sin embargo, es su único punto en común. Si los observamos de cerca, constataremos importantes diferencias no solo en relación a su poder de decisión sino en su relación con los ciudadanos y en la manera en que son elegidos.


El juez decide y usted no puede elegirlo


La figura del juez es la más célebre de las tres. Sin duda, su notoriedad se debe al lugar de autoridad que detenta en nuestra sociedad : el juez aplica la ley. Es la encarnación de la justicia que se impone a los ciudadanos. Su relación con las personas en conflicto es vertical, el juez representa a uno de los poderes del Estado y en consecuencia a la sociedad en su conjunto. En algunas áreas, particularmente en la penal, su rol es crucial: qué haríamos si no existiera una institución que protega los principios fundamentales de nuestra sociedad?


Por ello, la decisión final del juez es obligatoria para las partes. Una decisión judicial consiste fundamentalmente en aplicar la ley a una determinada situación. Esa decisión es ejecutoria: es decir que si el juez decide a su favor (lo que es muy difícil de prever con anticipación), usted puede solicitar el cumplimiento forzado de la sentencia.

No obstante, hay un precio que pagar. La decisión, sea ella favorable o no, llega luego de un largo y costoso proceso. Además, no se examinan en profundidad las necesidades ni los intereses desde un punto de vista emocional. Las emociones no se toman en cuenta durante un proceso judicial.




El árbitro decide, y es usted quien lo elige


El arbitraje se compara con la magistratura porque el árbitro también resuelve el fondo del litigio : tiene poder de decisión para concluir el conflicto y su sentencia arbitral es obligatoria para las partes.


Sin embargo, el árbitro no es un funcionario judicial. El trabaja de manera privada y es aquí donde encontramos una diferencia fundamental entre el árbitro y el juez : uno es designado por el Estado en función de la naturaleza del litigio, mientras que el otro es elegido por las partes. Esto da como resultado una relación menos verticalista entre el árbitro y las partes. Por otra parte, los árbitros, en general, provienen del mismo sector profesional que las partes, lo que garantiza su pericia y efectividad. Ellos no son necesariamente juristas y son remunerados directamente por los participantes.


A pesar de ser un mandatario de los partes, el árbitro debe respetar un procedimiento específico. Es un proceso contradictorio, ello generalmente no facilita una solución creativa.



El mediador los ayuda a encontrar sus propias soluciones y es usted quien lo elige.


El mediador es un tercero que usted escoge. Es un actor de la justicia que lo ayuda a retomar el control de su diferendo y con el cual sus intereses, necesidades y emociones (o las de su empresa) seran tenidas en cuenta, valoradas y respetadas.


El mediador no tiene poder de decisión sobre el fondo de la cuestión. Solo toma decisiones en relación al procedimiento a seguir: frecuencia y duración de las reuniones, quienes seran las personas presentes, la disposión de la sala de reunión, asegura la existencia de un ambiente exento de violencia, prepara a las partes para la reunión conjunta, etc. Además, decide con los participantes los puntos o temas a resolver. Salvo en relación a su rol como « director del proceso », el mediador no puede decidir nada sin el acuerdo de los participantes. En consecuencia, es usted quien conserva el control sobre la decisión final.


Eso sí, existe un reverso de la medalla, la decisión la toman los participantes, por lo tanto debe ser consensuada. Si ellos no llegan a un acuerdo, no se les puede imponer uno. Sin embargo, es importante destacar que el mediador está formado para facilitar el consenso. En el proceso de mediación se aborda la situación conflictiva en todas sus aristas, por lo tanto las emociones se expresan y las partes trabajan sobre ellas. Ésto es justamente lo que permite que las partes, con la ayuda del mediador, encuentren soluciones creativas y perdurables.

Como el árbitro el mediador es elegido por las partes. Por eso, es importante elegir el adecuado para cada situación en particular. El mediador una vez elegido, desarrolla una relación de igual a igual con los participantes, un vínculo de colaboración mutua, de co-construcción y de empatía. El objetivo es ayudar a ambas partes a encontrar la mejor solución posible. Está demás decir, que durante el proceso de mediación ningún juicio de valor debe ser hecho . Todas las posturas que se planteen tiene su importancia y su utilidad.



El arbitraje es muy popular en el mundo del comercio internacional porque prioriza la solución rápida de los conflictos. En cuanto al mediador, él es su mejor aliado para reestablecer las relaciones interpersonales, lo que incluye por supuesto, las relaciones comerciales. El objetivo primordial es encontrar una solución favorable « ganador-ganador » para ambas partes.


Acérquese a Thirchair.ca para conocer a nuestros mediadores!


(Traducido por Ana Maria Otero.)


(Solo a fin de facilitar la lectura hemos empleado el género masculino)


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